jueves, 30 de noviembre de 2006

adivinen...

... en menos de 3 segundos, dónde estaré (d.m.) desde mañana y durante los próximos 7 días. Bendito puente de la constitución y de la inmaculada. Para que luego digan que es un estado aconfesional. Intentaré escribir pero no prometo nada.





PD: Lo pongo hoy para poder leer las reacciones provocadas por la envidia y el odio que va a despertar en todos ustedes. Al fin y al cabo soy un doctor y me gusta investigar de vez en cuando, jejejeje.

martes, 28 de noviembre de 2006

La revista


Es un regalo para mi padre, que lee esto aunque últimamente casi no comenta (claro, dirá él, es que no escribes casi ná).


Alé, toma, todos los números de Triunfo digitalizados. Y sin suscripción.


via.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

varieté segoviana


Buenos días para ustedes, buenas noches para mí. Porque aquí estoy, de nuevo, en un hotel de carretera en la mítica Segovia, la del acueducto (que mira que tenían ojo estos romanos que fueron a poner el acueducto de segovia justo justo en segovia...). Dicen que es un hotel de 4 estrellas de una prestigiosa cadena pero, lo que yo les diga, hotel de carretera.

Mi actual patrón ha decidido obsequiarme con nueva sesión de instrucción, que esto parece la mili suiza, esa que vas de vez en cuando al cuartel a formar filas y limpiar el cetme (en el caso de que los suizos tengan cetme. O navaja suiza, que allí será simplemente navaja, supongo).

He visto el último episodio de House y me ha decepcionado un poquitín (espero que sea coyuntural y no tenga que desengancharme y reconocerlo como hizo ayer claris), luego ha empezado eva hache y me he puesto como loco a hacer zapping que las teles locales a estas horas suelen tener debates muy interesantes, pero aquí en la tierra de Perico Delgado y del whisky DYC (alguien ha visto alguna vez en algún supermercado una imitación del DYC? yo sí, se llamaba whisky LYC y la etiqueta y la botella eran idénticas), aquí, decía, que es tierra de gente de bien, nada de nada. Menos mal que ha empezado la reposición de "A Pelo" en La Sexta (lo más parecido a La Hora Chanante en abierto).

Mientras, en el nuevo elpaispuntocom antes llamado elpaispuntoes, me he enterado que se ha muerto
Robert Altman. Que dios, Wilder o los hermanos Lumière lo tengan en su gloria por maravillas como el plano secuencia del principio de "El juego de Hollywood" (¿Quién coño traduciría este título?) y a pesar de bodrios como "El Dr. T y las mujeres".

Joder cómo estoy. Pues eso, que les dejo esta entrada para que no me echen mucho de menos y se desfoguen que yo prometo volver al wifi gratis de la habitación en cuanto pueda.
Cuídenme la consulta mientras yo aprendo cosas sobre mí que, al parecer, desconocía. Bueno, una ya la he aprendido. Hay quien piensa que soy más chapucero que detallista. Será verdad.

Ah! y para dejar bien patente mi contradicción vital, les recomiendo a
Jack Johnson. Sólo conozco un disco suyo. Les dejo una pequeña joya (a mi parecer) llamada Situations. El resto del disco, ya saben, pídanselo a los reyes, que este año no vienen en camello sino montados en mula (si quieren un atajo, aquí).


lunes, 20 de noviembre de 2006

calabazas



Calabaza,
se acaba un nuevo día y como todas las tardes quiero despedirme de tí.
Quiero despedirme y darte las gracias una vez más por seguir aquí con nosotros,
tú que podrías estar en la mesa de los ricos y de los poderosos,
has elegido el humilde bancal de un pobre viejo para dar ejemplo al mundo,
yo no puedo olvidar que en los momentos más difíciles de mi vida, cuando mi hermana se quedó preñada del negro o cuando me caparon el hurón a mala leche,
sólo tú prestabas oídos a mis quejas e iluminabas mi camino.
Calabaza,
yo te llevo en el corazón.

Para el gran kariano, habitante contingente de cochabamba, últimamente conocido como viracocha.

Tiempos modennos

La semana pasada, Pierre (con la ayuda inestimable de Mr. Grieves) nos invitaba a proclamar en voz alta que Radiohead no son la mejor banda del planeta y que hay otro mundo ahí fuera. Hace un poco más de tiempo, en los comentarios de una entrada del callejón, se me ocurrió defender a Eddie Murphy (sobre todo, por sus primeras películas, que yo también reconozco que últimamente no levanta cabeza). Con eso he decidido dejar caer esta máscara y reconocerlo: Estoy cansado.

De querer ser moderno, digo. Es tan cansado que yo ya he desistido. De hecho desistí hace tiempo. Lo que pasa es que he intentado disimular, pero de eso también me he cansado. Ahí van algunos ejemplos:
Con la música: Hay que estar al tanto de las novedades discográficas que no salen en la tele, ni el la radio, ni en el EP3. Estar suscrito a dos o tres blogs sobre lanzamientos discográficos que serán “la revélation de l’anné” (por favor! Que si no lees jenesaispop no eres nadie) . A ser posible, alguno de ellos que no esté ni en español ni en inglés. Escuchar, antes que nadie, el último single pirata del grupo experimental que han formado Peter Strouch, batería de los Peritonneal Mythkillers (que lo que realmente hace bien es programar sintetizadores), Graham Carrick, guitarrista de los Satisfied Stomachs (que lo que le mola es hacer rimas) y Keith Johnson, cantante de los My Idyosincrasic Motherlanguage. Y encima, luego tienes que hacer una entrada en tu blog, para que todo el mundo se entere de cuán a la última estás (de hecho, recibes un mensaje del tal Keith, que, en realidad se llama Paco y es de Leganés, para decirte que ese proyecto al final se ha quedado en eso, en proyecto, porque el batería se empeñaba en revisitar los sonidos post-glam rock de los 49 Monkeys in an Elevator, y eso, claro, no era lo hablado).

También está eso de decir que The Spinto Band se han quedado en promesa o que vaya traición la de Dover con lo de pasarse a la música electrónica (cuando hace tres años había que decir que eran unos insulsos porque no habían inventado nada y que el rock que hacían era… bueno, ni me acuerdo de lo que era).

En cine, ni hablamos. Ir de festival en festival, viendo pelis checas con subtítulos en inglés y traducción simultánea con la misma voz de señora resacosa en español (no sólo es verídico sino que también es real); leyendo cahiers du cinema en Internet. Hablar pestes de American Pie (aunque cada vez que te acuerdas de un chiste te rías) o poner a caer de un burro a Eddie Murphy. Y encima tener que decir que Kiarostami es un poeta o que Terrence Malick (se llama así, ¿no?) hace una obra maestra cada 30 años. Es muy cansado.

Lo de la tele, es fácil, la verdad. Consiste en ver toda la basura muy indignado, con cara de huele-caca-en-un-palito, y luego decir que son programas repugnantes, que la 2 es lo que mola e, incluso, que punset es tu ídolo.

Y luego está el rollo de la moda. Puuuffffff. Eso sí que es cansado. Ahí reconozco que (casi) nunca lo he intentado. Ya conté una vez, para risas generales del público, la obsesión que una vez tuve por los pantalones con peto (a dios gracias nunca materializada). Pero fuera de eso. Casi nada. Pero no me digan que no es cansado conocer marcas y diseñadores de los que casi nadie ha oído hablar pero que en Berlín causan furor, y ya de paso escribir que Gunther Straussbergmanhoffer no ha vuelto a sacar una línea de americanas de un solo botón medianamente decentes desde la colección otoño-invierno de 2003, por decir alguna. O tener que comprar vaqueros que valen más que una cena para dos personas en La Broche o en Santceloni, con un vino de los buenos.
Porque esa es otra. Lo de la comida y la bebida. Que un moderno no puede ir a cualquier sitio, ni puede beber cualquier cosa. No. Tiene que ir sitios con carta y sommelier de aguas minerales (¿¡de aguas minerales!?). No pueden pedir un ribera del duero normalito. No. Tienen que coger la carta de vino y empeñarse en hablar de, al menos, cuatro o cinco marcas absolutamente desconocidas con frases del tipo “este duruelus Syrah del 99 es un buen vino, la lástima es que el pago del abate del convento de san Lorenzo en cuaresma cabernet-merlot cosecha especial del 2001 se haya agotado. Ibais a ver lo que es un buen caldo”. Que esa es otra. Caldo. Por favor! Para caldo el de starlux (o el aneto, que si lo toma anne igartiburu no puede ser malo). Y todo para acabar pidiendo un rioja ni muy caro ni muy barato, con una frase tipo “barón del percebe. Un clásico, un acierto seguro. Pediría otro más osado pero no sé si os gustaría”. No me digan que no estresa tener que decir cuatro chorradas, diferentes cada vez, para (1) justificar lo de pedir un vino normalito pero (2) parecer que se ha probado hasta un vega sicilia edición especial de 1962.
Pues sí, me he cansado de todo eso.
Me gusta la música moderna. Incluso descubrir alguna cosa de vez en cuando. Pero siempre vuelvo a lo mismo. De hecho soy un fan de las versiones. Las colecciono (aunque esto da para otra entrada). Vale que me bajo cosas nuevas pero cuando por fin lo oigo y asimilo, pongamos por caso, que me gusta micah p. (léase máicapi) hinson resulta que se ha pasado de moda y ahora quien lo peta es Anthony el-falete-de-brooklyn and the Johnson. Incluso una vez mentí en mi anterior al anterior trabajo para ir a un concierto de norah jones. Pero tampoco le hago ascos a otras cosas. Incuso Radiohead. Y, por cierto, a mí me gusta la última canción de Dover.
Del cine, he decidido reconocer mi debilidad por la comedia fácil americana. Cuando se ponen son los reyes. Lo siento. Ah! No resisto el cine asiático, me aburre kurosawa y jamás he visto una peli entera de Mosén Macmalbaf (o como se diga). Eso sí, el señor Allen ha vuelto a hacerlo. Vayan a ver scoop y se reirán un rato (una perla: “yo nací en la religión israelita pero me convertí al hedonismo”).
En la tele, a lo largo de este blog tienen cumplidas referencias de mis gustos. Ahí lo dejo. Y, por cierto, seguramente soy uno de los culpables del ERE de la 2. No la veo. Y me gusta una serie de un patán gordo repartidor de correo que ponen en la Sexta. Lo sé. No es moderno pero me gusta.
De lo de comer, pues soy un buen tripero sí, pero también ratilla y acabo siempre en los mismos sitios. Haciendo un exceso de vez en cuando y pidiendo vino (entonces paso de jugármela, vamos a lo conocido que cualquiera se gasta 25 euros a ver qué tal está). Y, de vez en cuando, la whopper no tiene rival (o la maligna hamburguesa XXL, esa que se ha puesto de moda).
De la ropa, sólo les diré una cosa. Hace años que no voy a zara ni a disfrazarme (ya no me cabe la ropa, en honor a la verdad); compro cada 4 años, cuando no me queda más remedio y procuro que sea todo en una o dos tiendas como mucho. Para mí el mercado de Fuencarral o el Xanadú, por poner dos ejemplos opuestos, son lo más parecido al infierno.
Buenos días y feliz semana.



jueves, 9 de noviembre de 2006

Fiestas de guardar


El otro día, la red se llenó de entradas sobre, a favor o en contra de Halloween. La verdad es que me da pereza hablar de algo así. No tengo muy buena opinión sobre ello pero igual es porque no me gusta disfrazarme. Pero, en todo caso, nos disfrazamos (los que lo hagan) en carnaval y no en otoño. Para mí es extraño que algo tan ajeno se convierta, de pronto o no tan de pronto, en algo propio, como lo de Papá Noel, por poner otro ejemplo. Ya puestos, ¿por qué no los santos inocentes el 1 de abril?

Y es que para mí, esto de las fiestas de otros que hacemos nuestras es algo raro. Como La Almudena. Ayer. Resulta que en Madrid capital el 9 de noviembre es fiesta (cuando es fiesta, que algunos años, si cae en fin de semana se cambia de santa y se celebra santa María de la Cabeza). Para mí, lalmudena de ayer fue mi segunda almudena. No me resulta familiar. Vale que mola no currar un jueves pero, realmente, me da un poco igual la fiesta (no se me ofendan los escasos pacientes que hoy no celebran nada y tienen que trabajar). Esa fiesta no es mía. Sin embargo, llega el 23 de enero y, aunque hace más de 10 años que no puedo celebrar San Ildefonso, pues como que me entra algo por dentro. Y eso que, incluso entonces, había años que no se celebraba en beneficio de, supongo, algún otro santo patrón. Recuerdo (aunque no sé si era costumbre arraigada o algo esporádico, tal vez repetido dos o tres veces) lo de ir a Madrid a las rebajas el día 23 de enero. Ir de tiendas mientras todo el mundo trabaja. Incluso a mí puede gustarme ese plan de compras.

Esto de las fiestas lo llevamos grabado a fuego. Algo que aprendemos desde pequeños. Todavía me acuerdo de Santa Bárbara (y no sólo cuando truena) porque era la patrona de nuestro colegio público (sí, han leído bien, la patrona del colegio público). Luego uno cambia de ciudad y se adapta a las fiestas de otros pero no es lo mismo.
Lo de la forma de celebrarlas sí que es otra historia. Les aseguro que es raro que me vean alguna vez en Valencia en Las Fallas (¿o se dice en Fallas?) o en la Mercé barcelonesa por la simple razón de que ODIO los petardos, la pólvora y el fuego en general. Tampoco me esperen haciendo cola en el Pilar el día 12 de octubre. No intenten explicarme lo bonito que es, lo del olor a pólvora, lo de las flores, ... de verdad, no lo intenten. Incluso después de casi 4 años viviendo en Sevilla les tengo que decir que a la Semana Santa le pillé en tranquillo, de la Feria, el último año aún pude llegar a pasármelo bien algún rato. Del Rocío ni hablamos (aunque no es sólo fiesta sevillana). Mientras viví en Getafe, había dos fiestas hacia el mes de mayo que eran las fiestas de allí. También tenían que ver con una virgen que la llevaban al y la traían del cerro de los ángeles. Tampoco es que las sienta muy mías. Vale que era curioso, pero nunca fui a verlo in situ y vale que esos días no había clase ese día pero, si por eso fuera, mi calendario estaba lleno de festivos.

Supongo que, por la misma razón, es difícil explicar por qué me gusta el Corpus, por ejemplo. Esa fiesta en la que, en procesión y bajo palio (que, en Toledo, consiste en que cuelgan toldos todo lo largo del recorrido), se pasean los curas, los militares, los rancios cofrades, los fachas cofrades, los fachas rancios, toda la toledanidad, el cardenal, el alcalde, el presidente de la junta, el general de la Academia y toda la hostia (en el sentido literal de la palabra, que la pasean, a la hostia digo, metida en una
maravilla del siglo XVI), todo ello por las calles empinadas de Toledo en las que, desde primeras horas de la mañana, alguien ha esparcido toneladas de manojos de tomillo (lo mejor para los alérgicos), adornadas con horribles hornacinas y maceteros de cartón piedra, mientras por una megafonía colocada ad-hoc por la ciudad se retransmite por un cura más rancio que todos los curas la procesión y se radia, cual momento posguerril, el discurso del cardenal al llegar la custodia a la plaza central para que todos puedan oir, dependiendo del año, la fatwa contra el ministro Ledesma por haber promovido la ley del divorcio en los primeros 80; los alusiones (casi)personales, cuando tocaba gobernar a los socialistas en la ciudad imperial; las constantes soflamas contra el matrimonio homosexual, la enseñanza de la religión; ... para terminar yendo a zocodover a ver el desfile de los cadetes de la academia.

Contado así, hasta a mí me parece horrible. Sin embargo, qué quieren. A mí me gusta. Y eso que hace años que no puedo ir porque entre que vivía fuera y que cada año cae en un dia distinto (jueves o domingo o los dos, como este último) me era difícil (un año estuve a punto de proponerle a mi jefe "te cambio el 28 de febrero, día de la patria andaluza, ahora llamada nación, por el correspondiente al corpus toledano" pero me vine abajo. Seguro que no iba a entender que prefiriese mi fiesta a la conmemoración del referendum de la autonomía andaluza. Ya saben, mis fiestas.
Para mí el Corpus es sinónimo de salir hasta tarde, de mucha gente en la calle (¿dónde están el resto del año?), del tomillo, de comer bien, de las sillas atadas unas a otras en la calle desde la víspera. He desistido en intentar convencer a nadie más, a cambio tampoco acepto argumentos a favor de otras fiestas. Al que le guste, que se vaya a Buñol a que le aticen con tomates, se plante en Teror a ver a la virgen del pino o se disfrace de mamarracho (que diría mi abuelo) y se plante en los carnavales gaditanos. Pero a mí que no me esperen.

Por cierto, ayer en Rascafría (que eso sí, siguiendo una costumbre muy madrileña, me fuí a la sierra el día de fiesta) me encontré con un montón de setas. Por si quieren,
aquí se las dejo. Como no tengo ni idea, se quedaron todas allí. Por si acaso.

Que tengan un buen fin de semana.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

actualizado

Lo ha anunciado hoy en su blog, pero a mí me lo dijo antes. Me mandó un mail el otro día. Empezaba "Hola Dr. Malcolm". Casi me caigo de culo. Me pedía que actualizara en enlace, que lo iban a cambiar (Para ser totalmente honestos, el que me escribió decía ser asistende del profesor, pero yo creo que era él...).

Es la razón por la cual aquellos de ustedes que están suscritos al tratamiento de feeds malcomianos recibieron como nueva una entrada antigua a la que únicamente había hecho un pequeño cambio.

Esto del blogger beta es lo que tiene, todavía no lo controlo del todo. Sé que hay quien no puede ver los comentarios desde su oficina (será cuestión de hacer valer las influencias con los de informática. Creo que unas sonrisas suelen valer).


Mientras, intento retomar el ritmo de actualización (aunque sea con entradas como esta).

En Segovia


Pues sí, queridas y queridos pacientes, gracias a la casa que ha tenido a bien contratarme, he pasado dos días en la ciudad del acueducto, aprendiendo cosas como qué es la escucha activa, el poder blando y otras movidas de ese pelo. Estuvo bien. También nos dimos cuenta de que salir de copas un lunes en Segovia es un planazo. Por lo demás, todo sigue igual. Como la vida (sobre todo, la de Julio Iglesias).

¿Por qué les cuento todo esto? es una excusa más para:

(1) Contarles que cené con el Sr. GafasdePasta, segoviano hasta la médula, que dimos un bonito paseo con él de guía mientras me contaba bonitas historias segovianas sobre la más-que-dudosa judería segoviana y, sobre todo, que pude ver con mis propios ojos el lugar del "no me diga nada agente, que en el pecado llevo la penitencia"; y
(2) Para tener la excusa perfecta y ponerles una canción de Los Petersellers, iconos de la cultura popular injustamente tratados por la crítica (que no el público) que aborda de forma peculiar temas tan nuestros como la segovianidad del cochinillo o los regímenes (alimentarios, se entiende), todo ello a ritmo del gran Ray Charles y su hit the road jack.

Pues eso querida audiencia: ¡¡Lechón!!


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viernes, 3 de noviembre de 2006

La isla de ayer salió de aquí

Me encontré con el libro accidentalmente en casa. Ni lo recordaba, pero al abrir la primera página, allí estaba.
¿Alguien más lo ha leído?

jueves, 2 de noviembre de 2006

Mi isla

Dejadme soñar,
dejad que imagine un tiempo y un espacio
que satisfagan mis ansias de aventura,
que doten de imaginación y color
a las sombras que aspiran a nacer y perdurar.

Que no se turben los políticos.
Que los geógrafos no se alarmen.
Mi pequeñita, diminuta isla,
no romperá el equilibrio de los bloques
ni cambiará el trazado de los mapas

Os lo ruego tecnócratas y economistas,
mandarines y fanáticos del orden,
¡dejadme!

Forjada en noches de insomnio,
acariciados mil veces sus contornos por mi deseo,
tenazmente soñada,
insignificante
pero maravillosa...

¡AQUÍ ESTÁ MI ISLA!

PD. cuando alguien (d)escribe mejor que uno es mejor dejarle la palabra (como siempre, premio para el que adivine el origen).

Feliz mini semana a todos