martes, 31 de julio de 2007

operación salida

Y con estos calores, propios de las fechas en las que estamos, se nos va hoy el mes de julio. Y con él, me voy yo, hasta mejor momento, que será en septiembre, más o menos, que con la (in)frecuencia de las últimas publicaciones nunca se sabe.

Intentaría justificarme pero ya les advertí una vez. Soy así, de natural inconstante. Varias veces he empezado entradas que se han quedado guardaditas como borrador esperando mejores momentos. Eso sí, les puedo decir que ninguna hablaba de secuestros, príncipes copuladores, curas protestones, euríbores, ni nada de eso. Empecé una que decía algo de un picnic a 12º a orillas del pantano del Arlanzón una tarde de julio pero se quedó en agua (nunca mejor dicho) de borrajas.

Queridos y queridas lectores y lectoras, si es que aún queda alguien, les deseo un buen verano, felices vacaciones para el que las tenga, que descansen si se van o disfruten de las ciudades desiertas si son de los que se quedan.

Mira tú que ha sido un mes de julio raro raro (July! July! it never seemed so strange)

martes, 17 de julio de 2007

Malcolm M.D., ahora en Springfield





Mosquis! Como todo el mundo tiene el suyo, yo no quería ser menos.

miércoles, 11 de julio de 2007

arribistas

Esos que se apuntan al éxito. Y encima luego van de pioneros, de que se lo saben mejor que nadie. No sé a ustedes, pero a mí me molestan mucho.


Desde hace mucho tiempo, ver los encierros de San Fermín en la tele es un rito. Llevo haciéndolo mucho tiempo y me encanta. En mi casa se veían siempre, pero eso no cuenta porque mi madre ha sido siempre de madrugar mucho y a ella siempre le pillan tomando el segundo café con leche. A mí, que me cuesta madrugar (me costaba más antes, lo reconozco. Debe ser la edad) es algo que no me importaba. A las 7.50 arriba, poner la tele y ver esos anuncios que sólo emiten 7 días al año en la primera, en prime time, de espárragos, de vinos de navarra, de conservas,...

[Lo contó mucho mejor que yo el fotologuero GafasdePasta el año pasado por estas fechas, vuelvan aquí después de leerlo].
Cada mañana, cuando oigo el canto al Santo no puedo evitar notar un nudo en la garganta. Me emociona. Me gusta además esa sensación de inmensa minoría que predicaba la dos de su audiencia, a pesar de que lo dé la primera y a pesar de que somo muchos los que lo vemos. Un antiguo jefe mío se levantaba cada mañana con sus tres hijos, el mayor de los cuales tendrá ahora 10 o 12 años, a ver los encierros.

Me gustaba ese rito de la cadena pública, con la voz del comentarista de toda la vida, corredor él, que conoce el recorrido como nadie, dando apuntes sobre tal o cual ganadería entre cántico y cántico, durante los cuales guardan un respetuoso silencio y luego, durante el encierro en directo, callado, dos minutos y medio o tres de sonido ambiente, el cohete, el portón, las carreras por la cuesta de santo domingo, la entrada en mercaderes, el sonido del golpe, casi inevitable, de los toros en la curva con estafeta, las voces de los mozos, las pezuñas chocando contra los adoquines, la telefónica, hasta la plaza.

Y sólo cuando suena el cohete que anuncia que los seis toros están en los corrales, entonces vuelve a hablar. Comenta la carrera, nos anuncia heridos que no hemos visto y que la repetición ya hablada confirma. Luego más anuncios navarros, y después pequeño comentario y repetición a cámara lenta del encierro en el final de la restransmisión. En total, debían ser 25 minutos de programa.

Ahora los arribistas de cuatro, con manolo molés a la cabeza, prototípico comentarista taurino, escoltado con adláteres salidos del carrusel deportivo han decidido aprovechar el tirón y se han plantado en pamplona para dar los encierros. Y lo hacen. Vaya si lo hacen. Pero lo hacen mal. Como si fuera un partido de fútbol. Invitan a personajes famosos para que digan paridas. Hoy tocaba miguel Induráin, navarro universal, que les ha soltado a las ocho menos diez que a él no le gustan nada los encierros y que nunca le han gustado. Toma ya perla del marketing.

Además, se anuncian como los únicos que dan el encierro entero, porque tienen un acuerdo con la plaza y sólo hay cámaras suyas dentro (catetos! todo el mundo sabe que el encierro acaba en el callejón, que los dobladores y los pastores de la plaza se las apañan para que nadie toque a toro a partir de ahi).

Lo malo de los arribistas es las consecuencias que tienen en los demás. En la primera, sin ir más lejos, han montado un tenderete a modo vuelta a España (set, creo que lo llaman) donde la pija de Almudena Ariza entrevista al ganadero del día con la misma pregunta "¿qué piensa el ganadero minutos antes de que sus toros corran por las calles de Pamplona?" serás tonta hija, qué va a pensar?. Y al lado, el comentarista de toda la vida, vestido de pamplonés, al que hemos visto (yo al menos) la cara por primera vez, aguantando el tipo. Intentando dar los apuntes de otros años entre parida y parida de la Ariza. Ya van dos días en que a la tonta, que no tiene otro nombre, le tienen que cortar la palabra para oir el canto de los mozos.

Y acabado el encierro, a la tía ya no le importa la repetición, ni las carreras de los mozos en la cara del todo por la telefónica o en estafeta no, lo único que quiere es saber (entes que cuatro, que también están en eso) el número de heridos por asta de toro, contusionados, etc. como si de un parte de guerra se tratara. Antes, cuando lo más emocionante era la carrera nos enterábamos de los heridos en el telediario y sólo si había alguno grave. Que esa es otra. Los telediarios de todas las cadenas (salvo telecinco) dedican todos los días minutos y minutos a los encierros. Que si hoy el lado humano, que si hoy el corredor más viejo, hoy el que viene de más lejos, hoy una agencia que organiza visitas relámpago a pamplona con carrera o balcón incluido, ...

Definitivamente, como decía la canción, video killed the radio star. Años sin darse cuenta de que del 7 al 14 de julio, durante 3 minutos unos cuantos valientes (descerebrados, tal vez) se ponen a correr al lado de animales de 600 kilos con unos pitones de asustar en un espectáculo realmente auténtico (a pesar de o. welles, hemingway y toda la ralea de americanos flipados) y ahora, como si fuesen arquímedes, todos gritan ¡eureka! al creer que han descubierto la fórmula definitiva para hacerse con la audiencia.

Por favor, moleses, arizas y compañía,volved por donde habéis venido y dejad sitio a los que saben. Sois igual de odiosos que esos americanos que llegan a pamplona después de haber leido el viejo y el mar queriendo demostrar que fueron ellos los que inventaron esto de los encierros.

lunes, 2 de julio de 2007

Rolling Stones

Nunca he sido muy fan de los Rolling. Me gustan claro. Y mucho, pero hasta la época emule, nunca había tenido un disco suyo (ahora los tengo todos, claro). Para mí los rolling fueron, durante mucho tiempo, una cinta PDM, de cromo, eso sí, que me grabó un compañero de clase en 1º de bup y que tenía las que, a su juicio, eran sus mejores canciones. Serían unas 20 o 25, no me acuerdo. Las que daba una cinta de 90 minutos. Luego he ido oyendo otras (time is on my side, por ejemplo, no estaba. Como tampoco estaba wild horses, por poner dos clásicos) o el rolling stones rock and roll circus y cosas así.

Y con todo, el jueves pasado, a eso de las diez de la noche, todavía estaba a unos 15 metros de la puerta 43 del Vicente Calderón. Este dato, absurdo en sí mismo, deja de serlo si les digo que mi entrada decía que esa era una de las 4 puertas por la que podía entrar al concierto de los Rolling que empezaba, teoricamente a las 10. Afortunadamente, algún cerebro decidió abrir el resto de puertas dejando que su incompetencia no amargara el espectáculo.

A las 22.15, recién llegado a mi asiento empezó Start me up. De ahí hasta Brown Sugar, fueron dos horas de espectáculo impresionante. Por la música, por las voces, por el escenario, el montaje, los lanzallamas,...

Es increible que en el concierto del jueves muchas de las canciones de mi cinta PDM volvieran a sonar: Jumpin jack flash, paint it black, satisfaction, honky tonk women, etc., canciones que tienen, algunas, ya 40 años, sonando como si fueran nuevas. Otras muchas se quedaron en el tintero como Ruby Tuesday o Beast of Burden (siempre me gustó más que las demás).

Eso resulta alucinante de los Rolling Stones. No hay muchos grupos que tengan en su repertorio 20 o 30 canciones conocidas universalmente intercambiables entre sí, y que hagan que 40.000 personas de todas las edades se pongan de pie y las canten. Es verdad que había muchos nostálgicos y muchos quedaos, y es verdad que la publicidad (detestable aquel anuncio de laiker que usaba un burdo juego de palabras con el estribillo del It's only rock and roll) ha hecho que se siguieran escuchando las canciones, pero podría haber sido un concierto con otras 20 diferentes y la gente hubiera hecho lo mismo.

Me gustaría ponerles, como hizo Jordi el otro día el listado completo pero, ya les digo, no las conozco todas. Supongo que alguna sonó del último disco con temas nuevos y alguna de los discos antiguos que todavía no he oido.

A todos, pero a Jordi en especial, que echó de menos la canción en el concierto de BCN, les dejo este video del otro día. Si pueden y vuelven a anunciar "la última gira de los Stones" (¿Cuántas últimas giras llevan?) vayan a verlos. No se arrepentirán.