martes, 18 de julio de 2006

La Memoria


Hoy hace 70 años que un grupo de militares se sublevaron contra el orden constitucional establecido en el nombre de no se sabe qué valores, gentes, ideas o Españas (españazas, que diría pierre). No fue más que eso. No se engañen. Un golpe de Estado que, además, desembocó en una guerra civil y después en una dictadura militar.

Después, años de propaganda y adoctrinamiento consentido, aprobado, jaleado y apoyado por casi todas las instancias nacionales e internacionales, han tratado de suavizar el concepto, que si dictablanda, que si democracias orgánicas, que si ya son 30 años de paz, que si plan de estabilización económica, que si leyes fundamentales, ... Pero sobre todo, han sido (y todavía siguen hoy algunos) años de desacreditar la república, de demonizar el sistema derrocado como si del mismísimo infierno fueran a venir las hordas de lucifer a entregarnos a todos a los brazos del voto femenino, el vicio, el divorcio o el matrimonio gayer (aunque luego nos dijera el papa polaco que el infierno no existía)

No se dejen engañar por la propaganda. Más cristianos murieron en Albi a manos de otros cristianos allá por el siglo XII que en los circos de todo el imperio romano comidos por fieras pero ya ven. Lo de los cátaros sí que fue exterminio y nadie se acuerda de ellos. Igual en España con lo de curas asesinados, iglesias y conventos quemados, lugar común de la historia española, mientras que del asesinato selectivo, de la deportación o de los campos de concentración que hubo, incluso y sobre todo, después de la guerra nadie parece querer hablar. Y los hubo. Vaya si los hubo.

Sí, no lo olviden. Fue un golpe de estado que llevó a una guerra seguida de una dictadura: aquí hubo presos políticos (como en la cuba de castro o el guantánamo de bush), desaparecidos (como en la argentina de videla o el chile de pinochet), censura, represión ideológica (como en la rusia de stalin), mano de obra presa (como la alemania de hitler), torturas, asesinatos, ejecuciones sumarias sin juicios ni acusaciones ni pruebas, deportaciones, exilios (el de los de fuera sobre todo, y también ese que llamaron interior), de fosas comunes en las cunetas, de campos de concentración en monasterios cristianos, miles de desplazados a pie al otro lado de los pirineos (¿se acuerdan de lo que nos escandalizó hace ahora más o menos diez años lo del lago kivu en la ruanda de los hutus y los tutsis?), ...

Hubo también una clase oligarca que se hizo de oro con expolios mobiliarios e inmobiliarios, alcanzando casi todos ellos los correspondientes títulos nobiliarios, de los que vivieron ellos, sus hijos y, ahora, sus nietos y bisnietos con bodas, rebodas, requetebodas, fiestas en ibiza, pocholos y todo el equipo, y otros que no (re)conocemos pero que están ahí agazapados, esperando su momento de nuevo.

Hubo afectos y desafectos al régimen. Policías a caballo en el universidad, premios nobeles delatores a sueldo del dictador y generales leales al sistema condenados por rebelión. Catedráticos expulsados y mediocres convertidos en la crema de la intelectualidad (no se lo pierdan).

Y, por si fuera poco, hubo una práctica generalizada del olvido, de la eliminación de cualquier símbolo que hiciera recordar lo que hubo antes. Tan es así, que el sucesor lo fue a título de rey. "Antes un borbón que la república" debió pensar alguien. El olvido sistemático, el borrado de la historia, formatear la memoria colectiva, tergiversar la realidad, dar la vuelta a la tortilla, los malos son los salvadores. Todo eso es algo que la dictadura y sus adláteres practicaron con una profesionalidad y una ejecución sistemática digna de los jemeres rojos en el exterminio camboyano (hasta el nombre, los nacionales eran los buenos, los defensores de españa-una-grande-libre, frente a los rojos, otra vez el rojo, republicanos, comunistas, ateos, masones, malos remalos). Lo importante era el olvido. Si lo olvidan es como si no hubiera existido nunca.

Otro ejemplo, un pueblo, a medio camino entre Toledo y Madrid, cambió su nombre por el de Numancia de la Sagra. Numancia, otra vez eso. Resistencia, rancio abolengo, los valores de siempre. Hasta entonces se había llamado Azaña, incluso antes de D. Manuel que, seguramente, no pisó por allí en su vida. Hoy nadie le cambió el nombre por su legítimo e histórico. Por miedo, vergüenza o no sé qué sentimiento que hace a las izquierdas comportarse como timoratos ante símbolos que representan la ignominia, la represión, como si dar (cristiana, dirían ellos) sepultura a quien murió de tres tiros por la espalda en una cuneta fuera algo de lo que avergonzarse.

Sin embargo a Pol Pot la gente le recuerda, eso sí, con terror. Nadie le homenajea. No hay ciudades o plazas o calles con su nombre o con el de sus generales más famosos. En Alemania supongo que, si alguna vez lo hubo, corrieron a cambiarle el nombre a todo lo que recordaba o aludía al episodio más negro de su historia, pues nada hay hoy que lo recuerde si no es de forma vergonzante, como aviso de las barbaries del hombre. Busquen una estatuta de Hitler o Goebbels, algún símbolo de las SS o del partido nazi. ¿Se imaginan una estatua de Petain en los Campos Elíseos?. Incluso San Petersburgo volvió a llamarse así tras Lenin y la glasnost.

En Madrid la Gran Vía volvió a ser Gran Vía tras José Antonio o Santa Engracia volvió tras García Morato. Sin embargo, hubo hasta hace poco una estatua ecuestre de franco en pleno paseo de la castellana, que hubo de ser retirada con nocturnidad, pero no alevosa sino vergonzosa, en lugar de a plena luz. Casi escondiéndose. Que eso nos pasa a los españoles, que nos encanta ver cómo un tanque tira de un Sadam Hussein de bronce hasta que se dobla y cae al suelo pero eso sí, al caudillo que no me lo toquen. Otra queda en Santander, en El Ferrol que se sobrenombró "del Caudillo" se lió otra a cuenta de otra estatua. Cientos de plazas, calles y pueblos llevan aún en su nombre la deshonra de las personas o de los hechos que recuerdan y no he oido a ninguno de los adalides de la moralidad y la honra patria protestar por ello.

Hubo un alcalde en Burgos no hace mucho tiempo que cambió los nombres de media ciudad. Incluso los de calles que nacieron en la expansión desarrollista de los 60 ya con esos nombres. Bien por él. Los que le sucedieron en el gobierno, de signo político contrario y con mayoría absoluta, no han tenido la desvergüenza de cambiarlos de nuevo a pesar de que, estoy seguro, casi toda la ciudad lo aplaudiría (bien, a mi pesar, también por ellos).

Ahora que han pasado 70 años conviene sacudirse el olvido (que está lleno de memoria, como dijo el poeta) y desterrar por fin las plazas del generalísimo, las avenidas del 18 de julio o los caídos de la división azul (por si no lo saben, franco mandó a sus chicos a luchar con hitler, no contra hitler sino con él), las Banderas de Castilla, los generales molas, vigones, moscardós, yagües, los alféreces provisionales, josé antonios, etc.

Este año, que ha sido declarado por ley de las cortes como el de la Memoria, debería servir para honrar, precisamente, esa memoria. La de los muertos, sí, pero también, y sobre todo, la de los que aún están vivos (que es, en mi opinión la que de verdad merece ser honrada pues los muertos no sufren afrontas). Dice el artículo único de esta Ley:

"1. Con motivo del 75.º aniversario de la proclamación de la Segunda República en España, se declara el año 2006 como Año de la Memoria Histórica, en homenaje y reconocimiento de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la guerra civil, o posteriormente de la represión de la dictadura franquista, por su defensa de los principios y valores democráticos, así como de quienes, con su esfuerzo a favor de los derechos fundamentales, de la defensa de las libertades públicas y de la reconciliación entre los españoles, hicieron posible el régimen democrático instaurado con la Constitución de 1978.
2. Los poderes públicos promoverán y apoyarán la celebración de actos conmemorativos que estimulen la reflexión sobre aquellos hechos y el recuerdo y reconocimiento de la labor de aquellas personas, asociaciones e instituciones."


Me gustaría ver a esos poderes públicos restituir de verdad la Memoria, con mayúsculas, no sólo estimular la reflexión y, sobre todo, reconocer, restaurar hacer aflorar, sin dudas ni ambigüedades, algunas realidades indiscutidas que forman parte de un pasado no por negro menos necesitado de recuerdo.

Pero, honestamente, desconfío de ellos. (Re) lean si no el primer punto del artículo anterior, sobre todo la última línea. Enésima autocomplacencia con la transición, modelo político de occidente, exportado a sudamérica (ya vemos con qué éxitos). No se me olviden, poderes políticos míos, no lo sepulten en su memoria, que franco murió en la cama el día que quiso o quisieron quienes estaban con él y que ese rey tan simpático que tenemos lo dejó nombrado el dictador. Así cualquiera.

Compañeros, ¡Salud y República!


Actualizado a las 12:51 hs. Pierre abunda en el tema. No se lo pierdan.

La obra que ilustra esta entrada es de Alberto Sánchez, uno de tantos artistas que tuvo que exiliarse. Era panadero, de Toledo y se fue hasta Rusia, donde vivió, se casó, tuvo un hijo y murió. La escultura se llama "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella" y adornó la entrada al Pabellón de España (republicano, claro) en la exposición universal de París de 1937. En plena guerra civil. En el interior del pabellón se podía ver el Guernika de Picasso. La estatua se perdió y hoy podemos verla (no sé si es el original) en la plaza delante de los ascensores de cristal del Reina Sofía.

Si me lo permiten les recomendaría, ahora que viene el verano, "Mala gente que camina" (a pesar de llamar Francisco a Bahamontes. Benjamín, si por casualidad llegaras a leer esto, una cosa te digo: se llama Federico Martín Bahamontes, no Francisco Bahamontes) de Benjamín Prado (Alfaguara) y "El vano ayer" de Isaac Rosa (Seix Barral). Pueden parecer ajustes de cuentas y, seguramente lo sean. Pero de los que conviene hacer. Ajuste de cuentas con el olvido y con los olvidadizos. No es casual que ambos titulen sus libros con versos de Machado. Me hablaron bien de Beevor y creo que este verano me zamparé su Guerra Civil.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

reconciliación entre los españoles, y régimen democrático instaurado con la Constitución de 1978??
Otra vez la misma morralla?

Unos versos de Ángel González

Algunos se murieron,
como dije,
y los demás, tendidos, derribados,
pegados a la tierra en paz al fin,
esperan
ya no sé qué
-quizá que alguien les diga:
"amigos, podéis iros, el combate..."

Entre tanto,
es verano otra vez,
y crece el trigo
en el que fue ancho campo de batalla.

(final de "El campo de batalla" en el libro "Sin esperanza con convencimiento")

Salud y República, hermano!

Anónimo dijo...

he oido en la radio que en una encuesta realizada, a un 30% le parecía bien el golpe de estado. primero he pensado "qué fuerte", y luego que en algunas ciudades seguramente haya muchos más que piensan así. según cuenta la abuela, hoy hace 70 años mucha gente reía y celebraba lo ocurrido, y ella "no lo podía entender". hoy seguimos sin entenderlo.

Anónimo dijo...

justo hoy hablaba con el Sr.GafasDePasta de éste tema... yo creo que cometimos el error de dejar que los militarotes y aquéllos que estuvieron a su lado se fueran de rositas, de permitir que hoy en día sigan campando por sus respetos y de haber dejado pasar mucho tiempo, demasiado, para restaurar el honor de los que defendieron la constitución del 31.

Ahora es difícil, pero los que quieren reescribir la historia se toparán de frente con nosotros, con toda una generación formada en libertad y democracia. ¿será suficiente? Dior lo quiera...

Saludos, compañero, y enhorabuena por ésta entrada.


AlvaritoGafasDePasta

nanyu fonseca dijo...

menuda leccion me acabas de dar!

gracias.

Anónimo dijo...

Yo también quiero felicitarte por tu entrada de hoy. Se puede decir más alto pero no más claro.

El otro día en un programa infame del corazón un periodista contaba que le había preguntado a un famosete cutre quién era su personaje histórico favorito y el famosete había respondido sin ruborizarse que Franco. A mí me sorprendió que alguien en España pudiera responder algo así sin avergonzarse, pero empiezo a comprender que en el fondo no es tan extraño, que no se ha enseñado a la gente que Franco era un dictador terrible. Y si la generación que vivió con Franco vive ya en la desmemoria (o en la soft-memoria), ¿que pasará con las siguientes?

[Sobre ese peacho de escultura de Alberto Sánchez (¡qué título tan bonito!), el original no se conserva. De hecho lo de "original" es un poco ambiguo. La que se instaló en París era ya una ampliación de otro "original" que medía sólo dos metros y medio. Si no recuerdo mal en el Reina, además de en la puerta, dentro de la colección permanente todavía está la escultura de dos metros y medio.

Is dijo...

Te has superado a ti mismo. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Espléndido. Te traigo a casa.

Veva dijo...

La escultura, preciosa, el artículo, también.

En google se puede encontrar "el ferrol del caudillo", como curiosidad...

Viva la república.

Dr. Malcolm dijo...

hermano quintacolumnista, gracias por los versos de Ángel González y mucha salud y aunque solo sea un pokito de república, pa catarla. De la transición ya hemos hablado más veces y sabes que no me lo creo

dottoressa, no he oido a la abuela contar esa historia aunuqe sí alguna otra (de refilón, casi sin querer) de los presos de san pedro cardeña

doctor gafas de pasta, gracias a ud. por sus comentarios, con los que estoy plenamente de acuerdo. las leyes del punto final, ud lo sabe, no suelen ser buenas ni justas.

julio, te cuento otra anécdota. Hoy vuelve un compañero de vacaciones y me dice orgulloso "joder, ayer 17 estaba en fuerteventura, como el caudillo hace 70 años. Glorioso" me ha salido del alma decirle: "eres un facha!" así, en voz alta, en mitad de la oficina. me arrepiento pero, me he quedado muy a gusto. Ah!, gracias por la apreciación sobre la escultura. me sonaba que el que estuvo en parís se perdió o nunca volvió o algo así.

nanyu, isabel, fanshawe y veva, muchas gracias a vosotros, que hacéis que me ruborice, y nada de lecciones que doctores tiene la iglesia.

que me he emosionao coñe!

salud y república!

Anónimo dijo...

Dr Malcom, chapeau.
de lo único que debe arrepentirse usted es de no haberle colocado el puto antes de facha.

no sé su fascista de oficina sabrá que en las Canarias hay ¡3.000 muertos!. Todos de un color. En las Canarias no hubo enfrentamientos entre bandos porque en seguida fue tomado por los fachas, y sin embargo se cepillaron a 3000 personas. Su compañero, además de un hijo de puta es un ser desalmado y despreciable

Veva dijo...

Coloradito estás muy mono