martes, 31 de octubre de 2006

¿Ordenó usted un código rojo?

Cada cierto tiempo, reponen en la tele "Algunos hombres buenos". Sí, esa americanada de juicios y militares un poquito tendenciosa. A pesar de ello, me gusta esta peli. Me gusta también esa demi moore pre-teniente o´neill o pre-acoso. Tan modosita, ella, incluso protestando enérgicamente.

Me cae un poco mal el personaje interpretado por Tom Cruise (y el propio Tom cruise, además) un abogado militar jovencito y sin experiencia que se pasa media peli luchando contra sí mismo, a la sombra de un padre demasiado importante, dedicado a algo en lo que no se siente cómodo (demasiado americano).
Pero la peli está bien.Está eso del “código rojo”, una orden superior que hay que cumplir aunque sea contraria a las normas. La moral está por encima de todo. Se trata de algo que hay que hacer y punto. Según avanza la película, nos enteramos de que la orden fue ordenada directamente por un oficial de alta graduación, interpretado por un Jack Nicholson en su salsa. El Coronel Jessep. Un fascista, destacado en Guantánamo, defensor y faro de la libertad frente a la amenaza comunista. Este tipo, a pesar de todo, disimula, lo niega. Él cumple las normas, no ordena que se vulneren.
El pipiolo de Cruise, de repente, se da cuenta de que la mejor forma de hacer confesar a Nicholson es tocarle las pelotas hasta que reconozca lo que ha hecho porque le jode tener que ocultarlo. Tener que disimular porque cree que tiene razón. Cree que lo ha hecho estaba bien, que responde al honor, a la decencia, a la lealtad. Que hace falta gente como él, con un par, que no se amilana porque todos los días desayuna a 500 metros de 2000 cubanos entrenados para matarle.¿No les suena de nada esta historia?
Una pista: recuerden las últimas apariciones de los Aznar reclamando disculpas de invasiones, metiendo bolis por escotes, dando gracias porque cada vez hay menos españoles subidos a los andamios, … Así son. No lo pueden evitar, cuando les provocan, se creen con patente de corso para cualquier cosa con tal de defenderse de lo que entienden por ataques.
Y yo creo que el coronel Jessep es una buena representanción de todo eso. Tratan de disimular (o no) con las bodas gays o con el catalán en la intimidad. Todo eso está muy bien, pero cuando les tocas las pelotas, cuando cuestionas algunos de sus valores inquebrantables, estallan, sacan su verdadero yo. No pueden evitar que le salga el pequeñofascista Coronel Jessep que llevan dentro.
Porque sí, porque ellos lo valen. A la mierda los moros, los maricas o los catalanes. A la mierda con todos ellos. Ellos son así. Sí, ¿qué pasa? Y al que no le guste es que es un antipatriota, un amigo de los terroristas o cosas peores.
Lástima que la Guantánamo de Jessep o de Bush estén tan lejos. Si por ellos fuera, Lavapiés se quedaba limpito en un par de semanas. Eso sí, los más fuertes, que se queden confinados en guettos para que les recojan por las mañanas en camiones para llevarlos a las obras y por la noche devuelvan a los supervivientes (qué insolencia los negros estos, que quieren arneses y cascos de seguridad, tendrán valor!) a sus agujeros.
En la película, el tipo lo reconoce. "Sí, qué pasa? ordené un código rojo y volvería a hacerlo." Y va a la cárcel. Mientras, en la vida real, Aznar es profesor en Georgetown. A veces la realidad supera a la ficción.
Otro día les hablo de qué películas me recuerdan a la izquierda patria. Buenos días.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

De hecho dice: "Por supuesto que lo hice, joder!".

Ya me preguntaba yo cuando harías este post :-)

Ruvias Intelijentes dijo...

tienes mas razon que hun santo.
bendremos amenudo, doc.

vesines
Las Ruvis

p.d. tu heres un poco ruvio, no?

Anónimo dijo...

Muy bien visto, doc.

Anónimo dijo...

messiiiiiiiiiiiiiiii eres mu sessiiiiiiiiii