lunes, 20 de febrero de 2006

Arquitectos


Me caen mal los arquitectos. Con carácter general.
Son gente que emplea expresiones tan vacías como "crear ciudad", "fusionar espacios", "distribuir el vacío". ¿Alguién sabe lo que significan? Yo creo que ni ellos.
Basta acceder a los sitios web de algunos de los estudios más conocidos para leer una sarta de chorradas dignas de un aspirante a tecnobaudelaire posmoderno que tratan es justificar un diseño imposible y las más de las veces inútil (como los publicistas, pero esa es otra historia). Eso sí, casi todas las páginas web son preciosas, hechas en flash, con animaciones y maquetas que giran en todas las direcciones posibles. Es que también son artistas.
Tienen los arquitectos, en mi opinión y siempre con carácter general, un problema fundamental. Creen que saben de todo. Y más que el resto. Además no pueden sucumbir a la tentación de extralimitarse en sus funciones. De estar en misa y repicando. De dar su opinión incluso cuando no tienen nada que decir. Ahora, es innata en ellos la habilidad para escurrir el bulto, para eludir las responsabilidades que se derivan de su obra (como les gusta decir).
Cuando se buscan explicaciones coherentes para descifrar cómo se han desarrollado las ciudades, por ejemplo, nadie mira nunca hacia los estudios de arquitectura. Y la ciudad no se desarrolla sola. La desarrollan algunos a partir de lo que otros (los arquitectos, generalmente) inventan.
Sin embargo, es habitual que todo el mundo se gire a pedir cuentas y hacer reproches a los políticos, a los empresarios, a los especuladores, a los propietarios, a los bancos, a la santamadreiglesia y al sunsunkorda y que poca gente repare en esos señores que firman los planos en los que se decide a modo de oráculo inmutable el futuro de la humanidad.
Ellos pintan esas calles estrechas, algunas sin salida, que hay en todas las ciudades; proyectan los bloques de casas o esas interminables hileras de horribles adosados y, sin embargo, nadie les pide cuentas. Nadie censura su actuación.
Un ejemplo. En Toledo, fue famoso el arquitecto que diseñó un parque urbano en el que las diferentes especies vegetales representaban la fusión de las tres culturas y la diáspora y el choque de civilizaciones y la concordia y todas esas mamonadas para justificar plantar olivos, robles (en toledo, ja!) y alguna palmerita. Sin embargo, la fama le llegó no por la profusión arbórea y arbustiva sino porque en la distribución de espacios olvidó a las personas, los usuarios del parque, los destinaarios de su magna obra. Olvidó, decía, situar bancos para descansar. Olvidó algún sitio para pararse (al menos de pie) para charlar y, lo que es más gordo, impidió a los matrimonios con hijos pequeños pasear juntos. ¿cómo? diseñando los paseos y las sendas de una anchura tal que no cabían dos personas empujando un carrito de bebé. Creen que alguien ha tomado medidas. No. El señor en cuestión se jubiló como arquitecto municipal.
Ahora que se ha puesto tan de moda la arquitectura española no conviene perder de vista a sus protagonistas, para lo bueno y para lo malo.
Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que España se llene de preciosas inutilidades propias de diletantes (la foto que acompaña esta entrada es un buen ejemplo. Es una casa rural). A este respecto, me ha parecido muy interesante esta entrada vista en Elastico.net y, sobre todo, seguir sus enlaces.
PD: Prometo intentar que las próximas entradas sean más cortas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno... Con lo envidioso que yo soy, estoy por abrirme un blog ya mismo ;)

Es broma. No duraría más que dos entradas.

Sobre el contenido de la entrada de hoy, discrepo. Yo que siempre he querido ser arquitecto...

Lo importante: mucha suerte con el blog. Te meto entre mis favoritos para leerte todos los días. Por cierto, el nombre del blog es muy canario, muy Janira-te-gustaron-los-regalohhh?

Julio

PS: ¿Para cuándo un especial sobre las APAs?

Anónimo dijo...

hola! me encanta el mundo blog asi que me hago miembro de honor a la de ya.
y qué diríea ricardito bofill de tu entrada, con la casa que le hizo a pau..

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, pero se te ha olvidado comentar que de arquitectura sólo pueden opinar ellos - en su estúpida jerarquía, la humanidad se alcanza con la licenciatura.
¿Cambiar "el diálogo social" con ventanas alongués? Menos Cirugueda, la arquitectura es crear prototipos para élites sin gusto ni criterio personal.
Ahí queda.