domingo, 26 de marzo de 2006

Secretos


El día 17 de marzo salió a la venta, en todo el mundo, después de varios retrasos y 3 años de desarrollo secreto, la última entrega del videojuego Commandos. El día antes, por la noche, mientras tomábamos unas cervezas, un amigo me enseñó una copia en DVD, con su crack y todo, para jugar y me dijo que en internet llevaba la gente jugando ya semanas.

Donde trabajo la cosa está movida. O más bien al contrario, parada. Y la inactividad genera otro tipo de labores. Yo he abierto un blog. Éste. El resto se dedica a contar secretos. Qué contradicción. El viernes me vino una compañera y me dijo: "te cuento una cosa, pero no se lo puedes decir a nadie. Es bastante secreto". Tras mi asentimiento, siguió con algo que otro compañero, que resultó ser, quien se lo había contado a ella, ya me había relatado, justo después de avisarme, precisamente, con estas palabras: "no lo vayas diciendo por ahí que es confidencial".

Es bastante difícil, por no decir imposible, guardar un secreto. O mejor, guardar algo en secreto. Salvo guardarlo el dueño mismo. Y eso suponiendo que sea un secreto personal, es decir, que nadie más conozca ni pueda llegar a conocer si no es con la autorización o consentimiento de su titular. Sobre este extremo Javier Marías (otra vez Marías) construye lo que ya son dos volúmenes de una trilogía aún por concluir. Tu Rostro Mañana. Les animo a que lean, al menos, los dos primeros párrafos.


Durante la Segunda Guerra Mundial (sobre esto también habla Marías) se lanzó, supongo que por vez primera, una campaña a favor del silencio. Del secreto. De la discreción. La imagen lo ilustra.

Hoy en día hay poca gente, casi nadie, especialista en todo eso. En guardar algo en secreto. Son esos a los que les cuentas algo y lo callan. Pase lo que pase. La mayoría acaban por contárselo a alguien. A veces sólo a uno o una. Precedido de alguna de esas fórmulas, casi de cortesía, de "prométeme que no se lo contarás a nadie" o "no puedes decírselo a nadie. Si esto se sabe, me mata" o "como ella o él (el dueño del secreto) se entere no volverá a confiar en mí, ya no me contará ninguna otra cosa".

A veces pienso que sería necesaria otra campaña como la de la marina americana. Hablamos demasiado. Yo el primero. Este blog es una prueba de ello.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues llevas razón. Fíjate que, hasta donde sé, sólo he guardado tres secretos en mi vida. Dos porque me ocurrieron a mí y simplemente no se lo he contado a nadie. Son mis propios secretos.

El tercero sé que lo guardo porque su emisor me lo recuerda con frecuencia: "oye, de lo que te dije, ya sabes, ni una palabra"; y yo: "tranquilo, que me lo llevo a la tumba".

Vaya que si me lo llevo. No sé de qué me está hablando...

Dr. Malcolm dijo...

lo malo de los secretos es que tienen tendencia a ser revelados. Incluso, después de años ocultos. Salen a la luz, la mayor parte de las veces incluso en contra de la voluntad de su depositario.
Es la típica situación en que de repente te ves y te oyes a tí mismo diciendo algo, como en una peli. no puedes evitarlo, sólo contemplar el desastre. Y es que además, una vez revelados, el daño que son capaces de generar es incontrolable

Pierre Nodoyuna dijo...

¿Y cuando alguien te cuenta un secreto y un tercero se mosquea porque no se lo has revelado?

Luego están las revelaciones involuntarias, caso del iPod Nano...

Dr. Malcolm dijo...

lo del ipod nano es un gran ejemplo. Los secretos tienen vida propia.

de lo otro también. O cuando alguien te cuenta un secreto, pero en realidad es con la intención de que tu lo cuentes a un tercero y ahorrar al dueño el trago de repetirlo.

Anónimo dijo...

El tercero mosqueado debería estar contento porque al no revelarle el secreto estás demostrando que eres de confianza y cuando él te cuente algo sabe que no se lo vas a decir a nadie; por eso te lo cuentan a ti y no a él.
Y no siempre eso es un privilegio, la verdad. La mayor parte de las veces es una carga.

Anónimo dijo...

me gustaría ver repetida la escena del ipod nano, ver esas tres caras:
1- lo mato...
2- eh? oh!
3- upsss

:-)