viernes, 26 de mayo de 2006

autosecretos

Llevo escribiendo entradas casi 4 meses. Según blogger, 94 ya han visto la luz. Repasando la nevera he visto que tengo 6 o 7 más. Algunas ya no verán nunca la luz por desfasadas. Apuntes de un momento concreto que han perdido todo interés y vigencia.

Lo que me preocupa es que tengo dos (tal vez tres) que no creo que publique nunca. ¿Por autocensura?. ¿Por eso de que "somos dueños de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras" y todo eso? No lo sé. He leido hace poco en otro blog que, si se abre uno de estos es, precisamente, para decir lo que a uno le viene en gana, sin remendar de viejo. Pero, a la hora de la verdad, no es tan fácil.

Son entradas que, sin yo querer o, mejor, contra mi voluntad, podrían hacer daño u ofender a quien las lea. Puesto que mis lectores sois (permitidme, por una vez, la confianza) en su mayoría amigos y conocidos, no me gustaría que las idas de olla más o menos (sobre todo menos) ingeniosas u ocurrentes que le vienen a uno (idas de olla que vienen, es curioso) en un momento de aburrimiento, provoquen un mal rato o, lo que es peor, una herida que quede ahí, o que se cierre en falso, o que no cicatrice.

De momento me justifico a mí mismo diciendo que no están acabadas, que voy a repasarlas, pulirlas, dejarlas bien. Para que no causen malentendidos. En realidad sé que alguna de ellas, si no todas, se quedarán aquí, en la trastienda de la consulta porque, por más que lo intento, no logro poner por escrito lo que quiero decir de la forma en que quiero decirlo.

¿Se podrían llamar autosecretos? (volviendo con un tema ya comentado). Son secretos, pues nadie los conoce, pero son mis secretos. No se lo he dicho a nadie por lo que nadie puede difundirlo. Pero es que yo tampoco lo haré. No, al menos, por ahora. Igual es sólo eso. Un secreto que, en realidad, no quiero o no puedo compartir.
Lo que no sé es si algo cambiaría en el supuesto de que éste fuera un blog multitudinario, de los que reciben miles de visitas y cientos de comentarios en cada entrada. Igual entonces me permitiría la licencia de decirlos. O más bien la soberbia o la autocomplacencia de dirigirme a "las masas" pontificando con mi opinión sin importar los efectos sobre unos destinatarios ya demasiado difuminados, lo cual es, en mi opinión, uno de los principales peligros de ser escuchado por demasiada gente. Se tiene la tentación de pensar que se puede decir lo que se quiera.
Alguna vez he pensado que podría buscar algún blog donde publicarlas con nombre falso (al menos, tan falso como el de Malcolm. Por si alguien aún no lo sabe, no es mi verdadero nombre), o dejarlas como comentario en otro, de esos multitudinarios, por ejemplo, o inventarme un falso colaborador del blog que escupa todo lo que no me atrevo a decir.
Pero no, la idea que tengo de un blog no es ninguna de esas. Lo que quiero para este blog es poder decir lo que me dé la gana y también callarlo. Pero hacerlo yo, no tirar la piedra y esconder la mano, ya sea bajo nombre falso(otro más falso que Malcolm) ya en medio de la gente. Aunque, en cierto modo sea contradictorio con tener un blog bajo otra identidad, creo que es preferible no darle al botón de "Publicar entrada" a la ligera pues los efectos son impredecibles.
Y con esta ida de olla les dejo hasta el lunes. Se la llevan a casa, le dan unas vueltas y me traen para la semana que viene una reflexión sobre el tema en 100 palabras. Ale, pueden ir en paz.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo es una de las razones por las que nunca me abriría un blog. Sería incapaz de ser sincero.

El otro día otro blogger me comentaba que pensaba cerrar su blog porque el destape blogueril le estaba dando problemas. Y contaba el caso de otro bloguer a quien la 'transparencia' le había hecho una grandísima putada.

Me temo que hay tener demasiado poco polvo debajo de la alfombra para escribir un blog.

Por cierto, una entrada muy chula. Buen finde.

(¿Son cien palabras?)

Puri dijo...

Yo creo que puedes escribir tus secretos si realmente lo necesitas y publicarlos, pero hazlo en forma de guiño, disfrazalos, adornalos o camuflalos de manera que sólo tu lo entiendas y no hagas daño a nadie. Yo lo he hecho un par de veces y (creo) me ha funcionado. Y ahora no te diré qué entradas son para no desvelarlos :-)
Buen finde.

Veva dijo...

Precioso, me ha encantado este post. Me encanta leer a personas-hombre. Sabes, esto de bloguear siempre es escoger entre hablar por hablar o desnudarse, hacer el amor con luz o sin ella. Si follas sin luz no se ven tus imperfecciones, pero tampoco te aman a ti. Si follas con luz, te evidencias, te arriesgas al rechazo. En el primer caso, puedes pasarte años con alguien que finge que eres la Pataki...en el segundo, a lo mejor no vuelves a ver a esa persona....pero si vuelve a llamarte...entonces es que te desea a ti!

Un blog honesto s eso, follar con luz, creo yo (me he pasado de las 100 palabras, creo)

Anónimo dijo...

se por donde van tus dudas,se que no quieres comentarlo por si haces daño, por si todo ese tema deja de ser un secreto que acabe con una amistad de hace ya años, pero tu forma de sacarlo es así, a través de malcolm y que sepas malcolm que no me importa, que puedes hablar tranquilamente en tu blog de mi pasado yonki, está superado

Anónimo dijo...

ya en serio, es mucha gente la que tiene estas dudas con su identidad, la del blog, cuento cosas mias pero en realidad soy un personaje, quién me lee, a quién le importa lo que escribo, puedo decir lo que quiera, y si me lee tal...,y lo peor, me leen mis amigos!!!!!!!!! no se, pero creo que tienes que escribir lo que te salga del nardo malcolm, si, he dicho malcolm... de veras que intento leer lo que me cuenta malcolm

Dr. Malcolm dijo...

julio, podrías abrirte un blog sin necesidad de ser sincero. Inventarte un personaje o mil así que no pongas excusas. No lo tienes por vago!

Puri, supongo que sí que se puede hacer así. No es tanto la necesidad de publicarlos o camuflarlos pues no son, en realidad, secretos. Es más bien que me gustaría poder escribir todo lo que se me viene a los dedos.

Veva, de acuerdo contigo. Pero, y el término medio? la media luz. A veces también tiene encanto.

ana, te he dicho que no te acerques al botiquín!!!!

Ahora en serio, escribo lo que y de lo que me apetece. Y cuando no, pues cuelgo un video de youtube. La cuestión es: ¿podemos decir siempre lo que se nos viene en gana sin importar los efectos?

Anónimo dijo...

remotamente no

Anónimo dijo...

Yo no soporto a esa gente que con la excusa del "es que yo soy súper sincera" [suelen ser tías] suelta todo lo que le pasa por la cabeza.

Dr. Malcolm dijo...

yo tampoco julio, yo tampoco. igual estamos pensando en la misma...

Nacho dijo...

Y lo que soy es dueño de mis palabras y esclavo de mis pensamientos

Veva dijo...

vale, muy fina la precisión.